Esta semana estuve en Bogotá, Colombia y tuve la oportunidad de asistir a misa en esta iglesita tan bonita que quedaba muy cerca del hotel donde nos estábamos quedando. Mi esposo y yo llegamos a Bogotá el domingo en la tarde... y yo le dije que me recordara preguntar en el hotel dónde quedaba la iglesia más cercana, ya que no había tenido tiempo para ir a misa el sábado en San José.
Estuvimos almorzando en uno de los restaurantes de la zona T de Bogotá y luego de shopping en el Andino, cuando regresábamos caminando al hotel y mi esposo vio la iglesita. Fue como si Dios estuviera iluminando nuestro camino, porque llegamos diez minutos antes de que comenzara la siguiente misa. La iglesia estaba llena de flores y con una luz tenue que la hacía lucir muy cálida, y estaba terminando la misa de una pareja que estaba contrayendo matrimonio ese día.
Es una iglesia pequeñita, pero linda y moderna. A diferencia de otras iglesias a las que he asistido, esta iglesia me encontró a mí.
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