Esta es una entrada muy emotiva para mí, porque marca el final de una promesa que le hice a Dios hace 50 semanas (y un poquito más), donde le ofrecía este trayecto por 50 iglesias... orando en cada una de ellas para que nos bendijera a mi esposo y a mí con un bebé.
Mi plegaria fue contestada en la semana 45, bueno antes de eso, pero la semana 45 fue cuando me hice la prueba de embarazo que salió positiva!!! POSITIVA!!! Luego de tantas pruebas Acierto, luego de tantos exámenes de sangre, luego de tantas visitas a diferentes ginecólogos, radiólogos, psicólogos y demás, luego de tantas lágrimas y de tantas palabras y emociones plasmadas en este blog.
Tengo el corazón más grande que lo normal... porque está lleno de amor. Amor por este hermoso bebé que llevo en mi vientre y que es el fruto del amor tan grande que existe entre mi esposo y yo. Desde hace dos años tenemos un cuarto en mi casa, esperando poder ser transformado en un cuarto de bebé. Mi corazón no sólo está lleno de amor... está rebozante.
Y a ustedes, mis queridos lectores, qué les puedo decir. Ustedes mejor que nadie han sido partícipes de este milagro que Dios me ha enviado. Sin el apoyo incondicional de todos ustedes, no sé si lo hubiese logrado. Sólo puedo darles las gracias (en orden cronológico, según los comentarios dejados en mi blog): primero que todo a mi adorado esposo Jose, quien es mi amor, mi roca y la persona que Dios puso en mi camino para que yo pudiera ser mamá. A Raquel, que me relató un sueño muy lindo que tuvo con su bebé y que hoy es una realidad. A mi prima Sol, la madrina de mi retoño y quien nunca perdió la esperanza de que yo sería mamá algún día. A mi amiga Charly, que desde que se enteró que estoy embarazada ha estado más pendiente que nadie de mí y quien será mi amiga por siempre. A mi amiga Ale, por ser mi guía espiritual y haberme enseñado nuevamente el camino para acerarme más a Papá (Dios). A Paola (Lola), mi seguidora #1 de este blog, por permitirme abrirle mi corazón y brindarme un apoyo incondicional en los momentos que más lo necesité. A María (http://www.espacionutricio.com/), por inspirarme en muchas de las entradas de este blog y por su valioso aporte a todas las parejas que enfrentan dificultades reproductivas. A Tati, mi partner del alma y quien me apoyó siempre en este trayecto. A Vale, mi amiguita del alma que, aunque nos separen millas de millas de distancia, siempre estamos ahí para apoyarnos mutuamente. A Nati (http://loscuentosdenati.blogspot.com/), por su blog tan encantador y por mostrarme su apoyo en este trayecto. A Andre (http://creyendoenlosmilagros-andre.blogspot.com/), por seguir creyendo en los milagros, al igual que yo y que muchas mamás más en potencia alrededor del mundo. A Rocío (http://verdurasparatodos.blogspot.com/), otra peregrina a quien muy pronto le llegará su feliz encuentro con su bebé.
Quiero agradecerle también a personas que estuvieron muy cerca de mí en este proceso y quienes a través de correos y palabras bonitas, me expresaron su apoyo: A mi mamá, la mamá más maravillosa que alguien puede tener y quien sin duda será la mejor abuela del mundo también. A tía Lorena, sin tu apoyo incondicional tía, quién sabe qué sería de mí. A tío Manrique, por ser como un padre para mí y ahora… abuelo también! A tío Ricardo, por estar siempre pendiente de mí y apoyarme a la distancia. A papi, por apoyarme a la distancia. A Marce Herrera, porque ambas creemos en los milagros y porque yo sé que el tuyo no tarda en llegar. A Xime, por apoyarme, escucharme, consolarme y hasta haber sido mi enfermerita en una ocasión. A Silvia, por oírme, por nunca dudar y por empujarme hacia adelante en momentos difíciles. A Maricela y Maripaz, por todas sus oraciones y todas las candelitas que encendieron por mi bebé. A mis abuelitas Yvette y Chepita, quienes están ya en el cielo y quienes no dudo que intercedieron por mí. También quiero agradecerle a todos aquellos que de alguna u otra forma nos expresaron su solidaridad a mi esposo y a mí: Isabel, Paula, Carolina, Mauricio, María, Róger, Katia, Eu, Kata, Laura, Nuria, David Arturo, mis doctores, psicóloga y todo el personal de las clínicas que visitamos, y gracias también a todas aquellas personas que estoy olvidando, pero cuyas oraciones me acompañaron en todo mi peregrinaje.
Y por último, al más importante, GRACIAS DIOS por el maravilloso regalito de navidad adelantado que me enviaste. Este bebé precioso a quien cuidaremos, amaremos, educaremos, protegeremos y quien traerá tanta alegría a este hogar que desde hace tiempo lo añora. GRACIAS Virgencita, porque gracias a tu intercesión poderosa este milagro es ahora una realidad. Gracias también a todos los Ángeles y Santos cuyas novenas recé y a quienes les oré en este trayecto.
En agradecimiento a este milagro que me han concedido, quiero ofrecer una misa este domingo 28 de noviembre, a las 12 medio día en el Templo Votivo del Sagrado Corazón de Jesús, para todos aquellos que nos quieran acompañar.
No quiero cerrar este blog sin antes recordarles que nunca estamos solos. Dios siempre está a nuestro lado. Él escucha todas nuestras plegarias y sólo Él sabe cuándo es el momento adecuado para que nuestros sueños más sinceros y produndos se vuelvan realidad.
No dejemos nunca de orar.
Con cariño,
María José
Mi plegaria fue contestada en la semana 45, bueno antes de eso, pero la semana 45 fue cuando me hice la prueba de embarazo que salió positiva!!! POSITIVA!!! Luego de tantas pruebas Acierto, luego de tantos exámenes de sangre, luego de tantas visitas a diferentes ginecólogos, radiólogos, psicólogos y demás, luego de tantas lágrimas y de tantas palabras y emociones plasmadas en este blog.
Tengo el corazón más grande que lo normal... porque está lleno de amor. Amor por este hermoso bebé que llevo en mi vientre y que es el fruto del amor tan grande que existe entre mi esposo y yo. Desde hace dos años tenemos un cuarto en mi casa, esperando poder ser transformado en un cuarto de bebé. Mi corazón no sólo está lleno de amor... está rebozante.
Y a ustedes, mis queridos lectores, qué les puedo decir. Ustedes mejor que nadie han sido partícipes de este milagro que Dios me ha enviado. Sin el apoyo incondicional de todos ustedes, no sé si lo hubiese logrado. Sólo puedo darles las gracias (en orden cronológico, según los comentarios dejados en mi blog): primero que todo a mi adorado esposo Jose, quien es mi amor, mi roca y la persona que Dios puso en mi camino para que yo pudiera ser mamá. A Raquel, que me relató un sueño muy lindo que tuvo con su bebé y que hoy es una realidad. A mi prima Sol, la madrina de mi retoño y quien nunca perdió la esperanza de que yo sería mamá algún día. A mi amiga Charly, que desde que se enteró que estoy embarazada ha estado más pendiente que nadie de mí y quien será mi amiga por siempre. A mi amiga Ale, por ser mi guía espiritual y haberme enseñado nuevamente el camino para acerarme más a Papá (Dios). A Paola (Lola), mi seguidora #1 de este blog, por permitirme abrirle mi corazón y brindarme un apoyo incondicional en los momentos que más lo necesité. A María (http://www.espacionutricio.com/), por inspirarme en muchas de las entradas de este blog y por su valioso aporte a todas las parejas que enfrentan dificultades reproductivas. A Tati, mi partner del alma y quien me apoyó siempre en este trayecto. A Vale, mi amiguita del alma que, aunque nos separen millas de millas de distancia, siempre estamos ahí para apoyarnos mutuamente. A Nati (http://loscuentosdenati.blogspot.com/), por su blog tan encantador y por mostrarme su apoyo en este trayecto. A Andre (http://creyendoenlosmilagros-andre.blogspot.com/), por seguir creyendo en los milagros, al igual que yo y que muchas mamás más en potencia alrededor del mundo. A Rocío (http://verdurasparatodos.blogspot.com/), otra peregrina a quien muy pronto le llegará su feliz encuentro con su bebé.
Quiero agradecerle también a personas que estuvieron muy cerca de mí en este proceso y quienes a través de correos y palabras bonitas, me expresaron su apoyo: A mi mamá, la mamá más maravillosa que alguien puede tener y quien sin duda será la mejor abuela del mundo también. A tía Lorena, sin tu apoyo incondicional tía, quién sabe qué sería de mí. A tío Manrique, por ser como un padre para mí y ahora… abuelo también! A tío Ricardo, por estar siempre pendiente de mí y apoyarme a la distancia. A papi, por apoyarme a la distancia. A Marce Herrera, porque ambas creemos en los milagros y porque yo sé que el tuyo no tarda en llegar. A Xime, por apoyarme, escucharme, consolarme y hasta haber sido mi enfermerita en una ocasión. A Silvia, por oírme, por nunca dudar y por empujarme hacia adelante en momentos difíciles. A Maricela y Maripaz, por todas sus oraciones y todas las candelitas que encendieron por mi bebé. A mis abuelitas Yvette y Chepita, quienes están ya en el cielo y quienes no dudo que intercedieron por mí. También quiero agradecerle a todos aquellos que de alguna u otra forma nos expresaron su solidaridad a mi esposo y a mí: Isabel, Paula, Carolina, Mauricio, María, Róger, Katia, Eu, Kata, Laura, Nuria, David Arturo, mis doctores, psicóloga y todo el personal de las clínicas que visitamos, y gracias también a todas aquellas personas que estoy olvidando, pero cuyas oraciones me acompañaron en todo mi peregrinaje.
Y por último, al más importante, GRACIAS DIOS por el maravilloso regalito de navidad adelantado que me enviaste. Este bebé precioso a quien cuidaremos, amaremos, educaremos, protegeremos y quien traerá tanta alegría a este hogar que desde hace tiempo lo añora. GRACIAS Virgencita, porque gracias a tu intercesión poderosa este milagro es ahora una realidad. Gracias también a todos los Ángeles y Santos cuyas novenas recé y a quienes les oré en este trayecto.
En agradecimiento a este milagro que me han concedido, quiero ofrecer una misa este domingo 28 de noviembre, a las 12 medio día en el Templo Votivo del Sagrado Corazón de Jesús, para todos aquellos que nos quieran acompañar.
No quiero cerrar este blog sin antes recordarles que nunca estamos solos. Dios siempre está a nuestro lado. Él escucha todas nuestras plegarias y sólo Él sabe cuándo es el momento adecuado para que nuestros sueños más sinceros y produndos se vuelvan realidad.
No dejemos nunca de orar.
Con cariño,
María José